Sigo mirando por la ranura que
dejaste,
¿por qué no te despediste?
Adiós, hasta luego,
una mirada, un beso,
por nada te decantaste.
Cajas que se vacían solas,
cartas que arden,
recuerdos que se evaporan,
sentimientos que matan.
Susurros que corren por mi oreja,
sabanas que se escapaban de nuestro
control,
sonrisas colgando entre cejas,
Amor, simplemente amor.
Ya no estas,
solo en mi pequeño castillo,
que poco a poco se debilita,
tras cada latido.
Lágrimas queriendo ser primeras,
en hacerme recordar
que eras la prueba de mi
existencia,
testigos de que fui capaz de amar.
Compañeros de noche,
compañeros de día,
compañeros de vida,
separados por tu amante.
Amante de todos,
no querido por ninguno,
conductor en tu viaje individual,
mentor de sufrimiento espiritual.
Espérame, aguárdame,
por ti luché, amé, lloré,
no me olvides,
pronto llegaré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario