Mi mentor es el amanecer,
mi cuidador el anochecer,
ellos me instruyen y conducen
a la batalla que un día
me tendré que someter.
¿Lo desconocido asusta?
Lo desconocido atrae,
no por no ser conocido,
sino por querer saber
lo que queda por conocer.
Por lo que aquí me encuentro,
atraído por él,
pensando en si de verdad querré
saber
que hay detrás de la puerta
que no me deja ver.
Diferentes batallas he comandado,
ninguna a esta se parece,
solo ante leones,
que se ciernen sobre mí,
como piratas sobre
un par de galones
Blandiendo espada,
el gladiador impone su tridente,
fallo todas las estacadas,
siento el hierro en mi ardiente.
Trompetas aclamando el coliseo,
gente que corea mi nombre,
entre oro y tierra vislumbro,
mi último horizonte.